Esta es una de esas pruebas que te hace sudar tinta, vamos que si veo un hueco para aparcar entre dos Lamborghinis me marcho a otro sitio que no me quiero imaginar lo que tiene que costar pagar un golpecito de chapa a uno de estos deportivos.
El tema es que la prota del vídeo va a dejar que su Mercedes AMG C63 (casi nada también) aparque en modo automático entre los dos Lamborghinis, y a la vista del vídeo tampoco lo pasa nada bien la muchacha.