Vicent Pone, que así se llama el protagonista de esta curiosa historia, tenia que volar de Aspen a Salt Lake City (en los EE.UU).
Cuando estaba esperando para embarcar ya algo le resultaba extraño, y es que estaba solo en la sala de espera.
La sorpresa al entrar en el avión es que nuestro amigo iba a ser el único pasajero de ese vuelo. Disfrutar de un avión privado a un precio ridículo… esas cosas que solo pasan una vez en la vida.