New Haven es la tercera ciudad más grande del estado de Connecticut (EE.UU), y una de sus residencias de ancianos ha sido multada al descubrirse que un grupo de abuelos consumían cocaína.
Todo el asunto salta cuando pillan a uno de los residentes pasando un billete con polvo blanco a otro de los abueletes. Si bien se realizaron diferentes registros en las habitaciones durante varios días, no se llegó a encontrar restos de drogas en ninguno de ellos.
Por lo visto la mandanga se la pasaba una de las enfermeras del centro (que ha sido despedida) a uno de los abuelos que hacia a su vez de camello y repartía la droga al resto de yayos interesados en pasar sus últimos días bien colocados.