A su chico se le ocurre una de esas bromas brillantes, meter en la maleta de la pobre chica un dildo atado a una botella de lubricante, con la sana intención de que en el registro del aeropuerto terminen sacando el invento y su novia pase un rato de vergüenza.
Su novio la esconde en la maleta un consolador y lubricante antes de ir al aeropuerto.
